La realidad de aquella Vida que Dios nos dio en Cristo, es extraordinariamente maravillosa.
Nunca habíamos imaginado vivir y disfrutar un ámbito en donde todos nuestros días habían escritos y diseñados. Conocer este lugar, es conocer el verdadero reposo y descanso. Todo esto sucede en Cristo. Porque solo en Cristo tendremos una real conexión con la realidad que Dios preparó de antemano para nosotros.
Hay deseo en breves palabras, hablar de dos realidades supremas y de vital importancia, que nos conducen día a día a entender mas el propósito de Dios y su diseño eterno.
Estas dos realidades son:
- La vida que tenemos en Cristo.
- La vida que tenemos en el cuerpo de Cristo.