El trabajo pastoral que nuestro Señor Jesucristo realiza con Su Iglesia, no solo señala un rescate, sino un cuidado y un envío. Dicha misión solo puede ser efectuada por aquello que fueron traspasados por la cruz, adentrándose a la vida del Hijo, para ser miembros de un cuerpo que muestra la belleza de un Reino inconmovible.