Colaborando Con La Verdad, Haremos Visible A Dios.

Si la vida del Hijo de Dios satura todo nuestro ser, la gloria del padre dejará de ser un discurso para ser vida tangible y visible al mundo. El mundo no nos necesita a nosotros primeramente, sino que es NUESTRA NECESIDAD —por amor— complacer a nuestro Padre siendo la expresión visible de Su corazón en la tierra.

La Verdad siempre producirá avance. Lo único que retrasa es el NO AUMENTO de La Verdad. El incremento de Cristo en nosotros —crecimiento y desarrollo de Su Vida— es lo que produce, en el tiempo, Gloria que puede ser vista.

Juan 1:14 RV60 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

La Gloria de Dios se reserva el derecho de visibilización. Nadie puede mostrar la Gloria del Padre, al menos que que la Gracia y la Verdad sature todo nuestro ser.

Me gusta mucho escoger palabras que representen lo que veo en mi espíritu. Hace mucho encontré esta palabra: SATURAR. Creo que no encontraré —al menos por ahora— otra mejor, ya que da la idea de un vaso que está a punto de estallar por su contenido.

Observen conmigo el significado de esta palabra… 

Saturar: “Llenar u ocupar una cosa hasta el límite de su capacidad.”

¡Que maravilla! Esto me recuerda el siguiente escrito de Pablo:

Efesios 4:7 RV60 Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

¡Hay una medida! Pero si esa medida no esta completa, careceremos de expresión. El don de Cristo en nosotros tiene una expresión particular, dentro de la multiforme Gracia de Dios. Pero si esa medida no se completa, la expresión es incompleta. Nadie discute expresión, lo que podemos “discutir” es: “¿cuánto de lo que me fue confiado esta siendo visibilizado al cien por ciento?”.

Eliminar la conformidad, es avanzar en La Verdad. No podemos quedarnos con aquello que sabemos hacer y/o aquello que cómodamente estamos mostrando en el presente —sea un servicio, dones, talentos, etc.—. Hay algo de lo cual estoy seguro: ¡HAY MAS!

Colaborar con La Verdad es saber que HAY MAS. Porque desde allí zarpamos a la búsqueda constante e insistente del conocimiento pleno de Su Persona. Cuánto mas le conocemos, más de él aumenta en nosotros. Dedicar tiempo a la oración en secreto —y digo en secreto porque hemos aprendido a orar en todo tiempo—, nos obsequiará un ámbito de EXCLUSIVIDAD. 

Permítanme una licencia: aquella oración a solas (secreto), aquella oración en donde cerramos alguna puerta real, abre puerta a un ámbito de atención y concentración que nada ni nadie te podrá dar. Arriba de un Bus, metro, tren, bicicleta o coche, no puedes desarrollar al máximo tu atención, ni tampoco cuando cocinas, planchas o juegas con tus hijos. Necesitas darle peso al secreto. 

El secreto tiene riquezas extraordinarias que provocarán el incremento de Cristo en ti. Solo en el secreto tendrás verdadera y real atención, concentración y exclusiva contemplación.

No permitas que esa medida que te fue dada quede “a medias”. Trabaja en llenar y completar esa medida. No es que nosotros mismos, en nuestras propias fuerzas lo haremos, pero sí una cosa sé: ¡DEBEMOS ESFORZARNOS EN SU GRACIA!

2º Timoteo 2:1 RV60 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.

Esforzarnos en la Gracia, es trabajar para que esa medida del Don de Cristo en nosotros permanezca SATURADA. Allí radica nuestra fidelidad. La fidelidad no radica en llenar las expectativas de quienes nos rodean, sino de completar la medida de aquel Don que nos fue confiado. ¡Esta es la expectativa del Padre!

Cuando vivimos para las expectativas del Padre —para Su Buen Gusto y Placer—, podemos USAR BIEN LA PALABRA DE VERDAD.

Colaborar con La Verdad no trata solo de hablar verdades, sino de USAR BIEN LA PALABRA DE VERDAD.

Nadie puede usar bien la Palabra de Verdad en sus propias fuerzas y/o capacidades naturales. La Palabra de Verdad se reserva el derecho de uso. Solo la Gracia puede USAR BIEN.

2º Timoteo 2:15 RV60 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

Cuando habla de “usar”, se refiere a hacer un corte derecho y correcto. Sólo en Su gracia podremos “cortar bien”.

La verdad produce división: divide y separa de nosotros aquello que no es Cristo. Así como un cirujano corta para separar y quitar un tumor del cuerpo y así salvaguardar un órgano, así la Verdad trabaja en nosotros y a través de nosotros. 

Por esta razón no podemos andar como “cirujanos inexpertos” haciendo cortes por doquier. Conocer verdades es como tener un bisturí en la mano. No toda persona con un bisturí en la mano es un cirujano, por lo tanto no todo que que dice verdades, es verdadero.

La verdad es lo que trae separación por Gracia. La verdad es la que nos limpia de nosotros mismos, para luego convertirnos en esos “buenos cirujanos”, que saturados de Gracia y Verdad, podrán colaborar con Dios en la eliminación de estorbos que impiden que Su Gloria sea vista en la tierra.

La “mucha verdad hablada” no siempre producirá el aceleramiento de La Verdad. Solo aquellos saturados de Gracia podrán VERDADERAMENTE MOSTRAR AL PADRE.

No podemos llenar este mundo con LA VERDAD, cuando nuestro interior aún no fue lleno de Su Verdad. Permitamos que esa medida de Cristo en nosotros siempre este saturada. Esta no es una acción repentina que ocurre “milagrosamente” un día y luego se mantiene por “arte de magia”. Todos los días de nuestra vida necesitamos ser llenos… si es que en verdad a él lo estamos dispensando.

Cuando damos de Gracia lo que de Gracia recibimos —dispensar a Cristo, o ministrar la vida de Dios— nuestros depósitos necesitan renovarse mediante la palabra, la oración, la doctrina y la comunión con los santos.

El hambre y/o la necesidad de ser llenados es de todos los días; sencillamente porque cuando nos vaciamos —ministrando a los demás— hay una urgencia latente en nuestro interior, y es la urgencia mas placentera que jamás podremos sentir: ¡necesitar mas de él!

Si la vida del Hijo satura todo nuestro ser —espíritu, alma y cuerpo—, la Gloria del Padre dejará de ser un discurso PARA SER VIDA tangible y visible al mundo (Juan 1:14; Juan 14:6).

Si La Vida Del Hijo Satura Todo Nuestro Ser, La Gloria Del Padre Dejará De Ser Un Discurso Para Ser Vida Tangible Y Visible Al Mundo.

El mundo no nos necesita a nosotros primeramente, sino que es NUESTRA NECESIDAD —por amor— complacer a nuestro Padre siendo la expresión visible de Su corazón en la tierra.

¡Que este año satures de él! ¡Solo de él!

…te leo en los comentarios…

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