Dios esta refinando nuestras expectativas. Muchas veces nuestra esperanza esta errada, y otras veces distorsionada. Necesitamos ver que la esperanza que Dios nos ha dado, no esté siendo abordada por nuestra esperanza. Todo lo que nace de nosotros es altamente corrosivo para el desarrollo de la función que Dios nos asignó en la tierra. Mientras nos mantengamos en una constante perdida del “yo”, la gestión divina, será desarrollada con una precisión creciente. La exactitud aumenta en la medida que nosotros —y todo lo que nace y pertenece a nosotros— desaparece.
Acompáñame en este mensaje: “Las expectativas y la ÚNICA GESTIÓN” – Mensaje compartido con la familia amada de IAM, Barcelona (España).
Cada uno debe dar según se lo haya propuesto en su corazón, y no debe dar con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama a quién da con alegría. 2 Corintios 9:7