La Cruz Y La Vida Nueva

Muchas veces nosotros nos hacemos la idea de un Dios que viene a atender nuestros problemas para solucionarlos. Y si bien Dios desea nuestro deleite y bienestar, pero no a la manera en la que nosotros lo imaginamos.

Lo que mas nos separa de Dios es nuestra propia imaginación. La religión ha sido experta en colaborar y perfeccionar la imaginación del hombre.

Dios fue claro al decirle a su pueblo: “no te harás imagen” esta fue una orden, no una opción. Entonces si esta fue la instrucción de Dios ¿Porqué nosotros tomamos la imaginación como una opción?

Dios tiene que ser visto, vivido y experimentado. No podemos vivir un evangelio en donde Dios y sus asuntos son imaginados.

La imaginación siempre estará ligada a nuestros deseos, voluntad, experiencia y propósitos… y justamente de esto Dios desea liberarnos: Dios desea liberarnos de todo lo nuestro. La pregunta es si ¿verdaderamente estoy dispuesto a despojarme de todo lo mío?

Hoy nos haremos esta preguntas: 

  • ¿Estoy dispuesto a ser despojado? 
  • ¿Estoy dispuesto a perderlo todo? 
  • ¿Estoy dispuesto a perder todo aquello que hasta ayer fue «mi todo» y mi orgullo de vida?

La vida del evangelio y la experiencia de Jesucristo como Señor y Salvador de nuestra vida, consiste en un gran pérdida.

Debemos definirnos si lo que estoy buscando es una religión o una real experiencia con Dios.

En la vida religiosa te asegurarás la ganancia de “un dios” que estará a tu merced y disposición; es decir “un dios a tu servicio”. Eso ganarás en la religión.

Todo lo contrario en el Evangelio, en donde no tendrás jamás “un dios” a tu servicio, sino por el contrario, tu estarás a su servicio, dispuesto a hacer lo que sea necesario para que Su propósito eterno se lleve a cabo en esta tierra.

La religión esta llena de procesos e imposiciones… el evangelio es permitir que la naturaleza y vida de Dios nazca y crezca en nosotros.

Todo lo que hago por naturaleza, no lo hago por imposición. (Un pez nunca se verá obligado a nadar, ni tampoco un caballo a galopar).

La imposición y la obligación, son características innatas de la religión (tengo que ir el domingo a la Reunión, tengo que servir, hoy no puedo, etc.)

La religión te deja sensaciones de “No puedo”, la naturaleza te deja sensaciones de “No quiero”. (Siempre recordando que todo no es lícito…) 

A veces basamos todo en el “deber”: debería hacer, tengo que hacer, etc. En cambio la vida en Cristo está basado en un querer.

Por eso dice la biblia que:

“Es Dios quien produce en nosotros el querer como el hacer….”

Porque Dios nunca trabajará por imposición. Él nunca te obligará a realizar algo, sino que por medio de una naturaleza en nosotros, crecerá y absorberá todo nuestro ser.

Fue el apóstol Pablo quien declara:

Filipenses 3:8-10 NVI  Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo 9 y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. 10 Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.

¿Estamos dispuestos a considerar todo como una pérdida? 

Porque no hay conocimiento y experiencia de Cristo sin pérdidas.

Ganar a Cristo es haberlo perdido todo. Es llamarme al vacío de mi mismo (para ser lleno de él), es llamarme a la ignorancia (para aprenderlo todo otra vez), es desligarme de todo lo mío y de lo que hay en este mundo (para unirme a él), es no vivir bajo mi propia justicia (sino en su justicia, que es la vivencia pura de su voluntad, que es buena agradable y perfecta).

El evangelio es una perdida segura del yo, para una ganancia y entrada segura a su vida, conocimiento y experiencia.

  • Muchos son los que desean experimentar a Dios, pero no muchos desean dejar de experimentar los antojos y deseos personales.
  • Muchos son los que desean que Dios los escuche, pero nadie desea inclinar su oído para saber lo que Dios está diciendo.

Esta es la cruz de Jesucristo… una cruz que no tiene como fin traerte algún beneficio aislado (aunque incluye sanidad, milagros, liberación, etc.) sino que por sobre toda las cosas, la cruz vino a trasladarte de tu triste, quebrada e irreparable realidad a Su Realidad Eterna.

La cruz se presenta delante de nosotros para que perdamos nuestra vida y realidad, y así sumergirnos en Su realidad.

La cruz vino para que dejemos de vivir como muertos, y pasemos a la vida eterna. La vida eterna no es aquello que se disfruta cuando uno tiene el deceso corporal y físico, sino aquello que uno disfruta cuando decidió en vida rendirle su vida al Señor.

La vida que vives es el resultado de ante quien te has rendido.

El sentimiento que almacenamos en nosotros, es la cosecha de nuestra rendición.

Tienes dos opciones: rendirte ante la realidad que vives, o rendirte ante Su Señorío… lo demás es fruto de tu rendición.

La realidad de Dios se puede experimentar gracias a la cruz. Sin cruz no hay realidad divina, solo hay religión. Porque sencillamente no hay evangelio sin cruz.

¿Cuántas veces hemos intentado en nuestras fuerzas (y con muy buenas intenciones) acercarnos a Dios, queriendo entregar algo nuestro…?

Evangelio no es dar algo… sino por el contrario, es darlo TODO.

A esto la biblia le llama ¡NUEVO NACIMIENTO!

Nadie puede ver y entrar a la realidad de Dios, si no esta dispuesto a nacer de nuevo. 

Nacer de nuevo es perder y dejar atrás mi vieja y pasada manera de vivir, cargada de asuntos personales e individuales (deseos, voluntades, propósitos).

2 Corintios 5:17 RV60 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

  • Estar en Cristo, es estar en el mismo reino de Dios, en la misma vida y realidad de Dios… ya no es mi vida ni mi realidad… ahora es su vida y realidad. En esta vida, vivo conforme su voluntad, disfrutando y comprobando todos los días de mi vida.
  • Estar en Cristo es tener acceso a la fe del hijo de Dios… ya no es mas “mi fe humana”.

Gálatas 2:20 RV60 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

  • Estar en Cristo no es dejar de vivir en la carne… sino que ES VIVIR EN LA CARNE CONFORME LA FE DEL HIJO DE DIOS.
  • Estar en Cristo y sumergirnos en su realidad y ámbito, es ya no vivir una vida bajo la influencia del sistema ni de las imposiciones de las tinieblas, sino bajo el consuelo y guía del Espíritu Santo.

Sin un nuevo nacimiento es imposible ver y experimentar a Dios.

Juan 3:1-6 NVI Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos. 2 Una noche, fue a hablar con Jesús: —Rabí —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo. 3 Jesús le respondió: —Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios. 4 —¿Qué quieres decir? —exclamó Nicodemo—. ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo? 5 Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu. 6 El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo.

Nicodemo no tenía dudas del poder de Dios ni tampoco de que Jesús era el hijo de Dios. De alguna manera Nicodemo estaba creyendo en Jesús, pero al parecer todavía no era suficiente que crea.

La verdad es expuesta delante de Nicodemo: “tienes que nacer de nuevo” para ver y entrar al reino de Dios.

Si no tengo una “vieja vida” para dejar, entonces nunca tendré una “nueva vida” para adoptar.

Es imposible vivir una “Vida nueva” cuando todavía amo mi “vida vieja”.

  • Vida nueva: deseos, voluntad y propósito de Dios.
  • Vida vieja: deseos, voluntad y propósitos personales (humanos).

El hombre tiene esperanza y tiene salida… la salida y la esperanza es la cruz. Porque solo en la cruz y por medio de la cruz, podremos disfrutar la esperanza guardada para nosotros.

Colosenses 1:27 RV60 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

La esperanza no esta en un toque aislado, ni en la suerte, ni en alguna energía… los toques vienen y se van, la suerte hoy esta y mañana caduca, las energías son efímeras… pero la vida de Dios es eterna y nunca perece.

¡Hay un nuevo camino! Mucho mejor que tu viejo camino:

Hebreos 10:19-20 RV60 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20  por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,

Nosotros decidimos si depositar nuestra vieja vida en lo efímero, o perder nuestra vida vieja y adoptar una vida nueva, caminando en el Nuevo Camino.

La experiencia del reino de Dios es la perdida de una vieja vida, para nacer a una Vida Nueva.

Cuando descubrimos esta vida, ya nada nos importará mas que él. Y este reino se vuelve indetendible en nosotros, porque la vida de Dios tiene la particularidad de crecer y expandirse desde nuestro interior.

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