Ten ánimo

Son muchas las cosas que no duran para siempre. Esto significa que aquello que no dura para siempre, es lo que tienen principio y fin.

Así como nosotros los humanos, que tenemos un principio y fin, así son todas las cosas que el hombre hace, crea y realiza en la vida. Así lo describe Moisés, diciendo que el hombre es como la hierba del campo que nace, crece, luego se marchita y muere (salmo 90:6).

Meditaba sobre estos asuntos y pensaba que además de realizar muchas cosas efímeras, también solemos (nosotros los hombres) aferrarnos, amar y vivir por aquello que es efímero y pasajero.

Lo peor que nos puede pasar en esta vida, es aferrarnos a lo que pronto desaparecerá. 

Mi pregunta es  ¿Realmente estamos aferrados y empeñados en aquello que dura para siempre? ¿Qué sucede si me aferro a lo que no es duradero? El gozo no será para siempre y los estados de ánimo se podrán percibir como si estuvieran en una montaña rusa o en un carrusel, a veces arriba y a veces abajo.

Sabemos muy bien que un día desapareceremos y hasta quizás no se hable mas de nosotros. Pero hoy tenemos la oportunidad de realizar asuntos que perduren para siempre. Esto hará que aunque en el futuro estemos ausentes, aquello que hallamos hecho, tenga peso de eternidad en las personas.

Hoy quiero contarte una historia. Esta historia trata de nosotros los humanos. Somos una rara y peculiar especie sobre la tierra, que cuando nos rehusamos a ser tratados por Dios, nos encerramos en nosotros mismos y nos desenfrenamos en una búsqueda que sacia apetitos personales e individuales. Esta historia dice así:

Cuando finalizó la primera Guerra Mundial, Japón había quedado devastado. Empezar de nuevo no era una simple frase. Empezar de nuevo era una realidad que demandaba los esfuerzos de toda una nación. Y así fue que comenzaron a moverse las piezas necesarias para que Japón repunte en su vida social, política y económica.

La historia cuenta que fue muy difícil sacar adelante a la nación, pero de allí surge la teoría de los tres sueldos. Es decir, tres maneras de pagar o invertir, para sacar una nación del abismo. 

En primer lugar se animó a los japoneses a trabajar duro y fuerte. Cada uno tendría su paga, su salario. No era mucho pero servía para comenzar otra vez. Este es el primer sueldo, el sueldo económico. Esto se desarrollaba mediante un acuerdo “empleado – empleador”, poniendo un monto a cobrar cada mes y así trabajar 8 horas diarias todos los días. Hasta el momento todo iba bien. Las personas trabajaban y cobraban su salario, hasta que un día el reclamos llegó bajo la protesta: “el dinero no nos alcanza, queremos cobrar mas…”. Claro que no había dinero para pagar mas de lo que se estaba pagando, entonces los dirigentes políticos, se dieron cuenta que pagándole a los trabajadores no alcanzaba, sino que se necesitaba de algo extra para que lo trabajadores vuelvan a producir y así sacar una nación adelante. Aquí nace el “segundo sueldo”, el “sueldo motivacional”. Se trabajaba en la motivación de los trabajadores, porque era evidente que el dinero no lo era todo. Ellos necesitaban verse motivados. Así que, cada tanto, había trabajos motivacionales para que la pasión vuelva a arder y así, volver a ver a Japón brillar. Lamentablemente con el tiempo la motivación tampoco alcanzó. Los trabajadores se cansaban de ver el esfuerzo y la falta de progreso y éxito en sus días. Los meses transcurrían y no se veían cambios. El salario no alcanzaba y la motivación se escurría como agua entre los dedos. Algo extra estaba faltando, pero hasta el momento nadie sabía que hacer. Aquí es donde aparece un “tercer sueldo”. El “sueldo de la trascendencia”. Si bien el dinero era poco y la motivación no era suficiente para animar a los habitantes y trabajadores de dicho país. Entonces se les invitó a trabajar no por ellos mismos, sino por sus hijos. Comenzaron a trabajar en la manera de pensar. Porque un pensamiento que trasciende, a diferencia de un pensamiento egoísta, es lo que podría sacar adelante a Japón. Inmediatamente todos comenzaron a trabajar no por un salario económico, ni por la esperanza de una motivación extra, sino que su trabajo y actividades eran sustentadas por «el bienestar que vendría para sus generaciones» y no por el bienestar personal. Así cuenta la historia, que Japón salió adelante. Cuando los ciudadanos quitaron la mirada de sí mismo y la colocaron en aquello que vendría.

Cuando nosotros ponemos la mirada en lo que permanece para siempre, no necesitaremos ninguna paga, porque el poder de la trascendencia, es la paga por excelencia. Una paga que puede ser abortada por el egoísmo.

De esto nos enseña Dios mediante su palabra. El problema de una generación que tiene problemas sin resolver. Estos problemas, son problemas que deben resolverse con la mirada correcta y no con la mirada individual y personal.

Podemos decir que nuestra calidad de vida, es directamente proporcional a lo que observamos.

Lo efímero es atractivo y seductor. Te promete ya mismo un placer extraordinario, pero a la vez un futuro incierto, “un mañana» lleno de interrogantes.

Es lo efímero que trae como cosecha la ansiedad y los diferentes trastornos que estresan al hombre.

El estrés nunca es causado por los problemas, sino por la perspectiva y mirada que tengo de dichos problemas.

Hay algo que lo efímero nunca solucionará: La Paz interior.

Aferrarnos a lo pasajero, es sortear nuestra esperanza y nuestro ánimo. El ánimo es la base de operaciones para la manifestación de Dios. Siempre el ánimo tendrá dependencia de aquello que miramos.

Podemos Recordar a Jesús decir en varias ocasiones: “ten ánimo…” en otras palabras, vemos a Jesús corregir la mirada de aquello que padecían una situación difícil. Elegimos seguir mirando el problema o redireccionar nuestra mirada hacia él.

  • Se lo dijo al paralítico (Mateo 9:2).
  • A la mujer del flujo de sangre (Mateo 9:22).
  • A sus discípulos, cuando ellos creían que estaban viendo un fantasma (Mateo 14:27).
  • A Pablo en Jerusalén, para que se levante a testificar en Roma (Hechos 23:11).
  • Pablo en medio del naufragio (Hechos 27: 22/25/36)

En todos estos versos, como así en otros más, al hablar del ánimo, se nos habla de un espíritu lleno de confianza. En otras palabras, Jesús, como así también Pablo, aconsejan a llenar su espíritu de confianza y seguridad… y para esto era necesario mejorar la visión del panorama que hasta el momento cada uno tenía en particular.

Podemos decir que la confianza que abrigamos en nuestro espíritu es directamente proporcional a aquello que estamos mirando.

Cuando observamos a alguien con falta de confianza, estamos viendo a una persona que no tiene su mirada limpia o no esta viendo correctamente.

Observemos a continuación… aquí la palabra “ánimo” señala también al espíritu del hombre…

1 Tesalonicenses 5:14 RV60 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.

Claramente el apóstol aconseja acercarnos y consolar a los de espíritu pobre, a aquellos que hoy por no tener una mirada certera y limpia, sufren las consecuencias de tener falta de ánimo. Claramente la falta de ánimo afecta no solo a la persona, sino a su entorno.

Hebreos 12:3 RV60 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

Aquí con mucha claridad se expone el CONSIDERAR (mirar correctamente), para no tener un espíritu afligido y cansado. Un espíritu afligido, te conducirá a ser fácilmente absorbido por las preocupaciones.

Santiago 1:8 RV60 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

En otras palabras, se nos habla del hombre que vive vacilando de propósito y opinión… nunca está firme en lo que dice y cree. Vive una ambigüedad de propósito por causa de tener adulterado su corazón al dejar que dos fuentes abastezcan su interior. Es decir, oye dos voces. Quizás por un lado oye al Señor, pero también permite el ingreso de otra voz. Eso lo conduce a columpiarse de un lado hacia otro.

¿Cuál es el consejo?

Santiago 4:8  RV60 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.

En primer lugar la invitación es muy clara: Acerquemonos a Dios. La solución no esta en otros asuntos, sino en acercarnos al Dios eterno. Definirnos en quien vamos a vivir. Podemos recordar que ésta fue siempre la invitación de Jesús, correr hacia él para disfrutar la perfecta unidad (Juan 17:23).

Y en segundo lugar, los de doble animo (doble espíritu) purifiquen sus corazones (pensamientos).

Cuando la mente no se renueva, el espíritu del hombre esta en peligro de ambigüedad y la ambigüedad es la que lo conduce a ser de doble ánimo. (Romanos 12:2).

El consejo es siempre, acercarnos a la voz correcta, para ver correctamente.

El ánimo, es aquel sentimiento profundo. Es el estado de nuestro espíritu. El ánimo se corrige en la mirada:

Colosenses 3:1-4 RV60 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

La evidencia de vivir en Su vida, es aquello que buscamos.

¿Que buscas? ¿Qué deseas conseguir en estos días y años? 

Dime lo que deseas y buscas y te hablaré de tu ánimo.

Buscar las cosas de arriba, es haber muerto a nuestra vieja y pasada manera de vivir. Ir mas profundo en él, vivir para sus intereses y sus negocios es lo que me depositará en la tierra del ánimo correcto.

Las palabras de Jesús vuelven a resonar hoy en día, frente a una generación que perdió el ánimo. La solución está en regresar nuestra mirada hacia él y que nuestra vida se vuelva productiva para Dios. Este es nuestro negocio, por esta razón no estamos ociosos.

El ocio es peligroso para tu ánimo. Ocio significa «sin recompensa”. No dediques tu vida para no tener recompensas. Cambia tu ocio por un GRAN NEGOCIO: elige vivir tus días para los negocios del Padre. Esto significa que todo lo que haremos le producirá ganancias y placer a Dios.

Alguien dedicado al GRAN NEGOCIO, no pierde de vista lo eterno. Sabe que lo que realiza producirá una recompensa eterna y duradera. 

Alguien dedicado al Gran Negocio, será alguien que viva en la Paz de Dios. 

Solo la Paz que Dios da puede eliminar las preocupaciones.

Si vas a dedicarte a Sus negocios, debes asegurar tu mirada y cuidar que tu interior no se afane en cosas terrenales y efímeras.

Debes saber que las preocupaciones siempre estarán presentes; vendrán siempre a golpear la puerta de tu corazón, pero la Paz es la custodia principal de esa puerta. Te aseguro que si la paz de Dios te gobierna, no hay preocupación que atente contra tu espíritu.

Nosotros conocemos muy bien las palabras de Jesús:

Mateo 6:31-33 NTV  »Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. 32 Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. 33 Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.

Una persona que mira y busca lo correcto, es alguien que tiene su espíritu seguro y custodiado por la paz, por lo tanto no tiene tiempo para preocuparse.

Las preocupaciones y el aferrarnos por lo efímero, es el resultado de alguien que tiene «falla en la custodia de su corazón». Su espíritu esta siendo alimentado por dos corrientes diferentes, por lo tanto su vida esta en peligro de derrumbe.

El consejo:

Filipenses 4:6-7 NTV No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. 7 Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.

Las preocupaciones llegarán, y eso debes saberlo. La diferencia esta en como las recibirás y las atenderás:

¡Que sea con Oración!

Ora a Dios, coméntale aquello que necesitas, pero que ese diálogo esté acompañado de gratitud.

¿De qué debo darle gracias? “…denle gracias por todo lo que él ha hecho…”

En ninguna ocasión dice que debemos darle gracias por “lo que él hará”, sino por lo que «él ha hecho».

Usted puede decir: ¿cómo voy a darle gracias por lo que hizo, si todavía no hizo nada…? Pero que usted no lo vea, no significa que Dios no lo haya hecho.

Lo que Dios hizo, lo hizo en la cruz, dándonos una Vida Nueva. Por lo tanto te aconsejo a darle gracias a Dios por la vida que él te entregó, porque en esa vida que Dios te dio, absolutamente todo fue solucionado.

Ahora vas a mirar esas situaciones como algo ya solucionado. No a tu manera, sino a la manera de Dios. Cuando pongas tu mirada en él y recuerdas que él lo ha hecho todo por ti, la paz de Dios será la custodia de tu corazón, asegurando tu espíritu y de este modo, no solo tu interior estará seguro, sino que serás un instrumento de Dios para dispensar paz a los que te rodean.

La única manera de tener un corazón y una mente segura, está en poder ver siempre Su persona mediante la oración. No dejes de hablar y comentarle tu situación, pero tampoco olvides darle gracias por lo que él ya ha hecho.

2 comentarios

  1. Hola muy linda palabra solo quiero preguntar algo que viene inquietando estos días viendo la novela «Jesús» porque Dios permitió que Juan el bautista siendo un hombre de fe muriera de esa forma que le corten su cabeza? Porque Dios no lo protegió? Dicen que Dios tiene un propósito pero porque no lo salvó de esa muerte tan cruel?

    1. Hola Andrea! me alegra saber que los escritos te edifican y bendicen.

      Con respecto a tu pregunta, tengo que decirte que antes de ver todo lo que mencionas, deberíamos ver y entender el propósito eterno De Dios… por lo pronto te recuerdo hebreos 11:36-40. La fe no consiste en vivir y experimentar «cosas lindas», la fe consiste en cumplir en esta tierra con lo que Dios nos encomendó. Sin dudas la protección De Dios esta sobre todos, pero eso no quita que nosotros vivamos momentos difíciles y terribles. Vivir la fe, es vivir la voluntad De Dios y no lo que nosotros queremos y deseamos en nuestra humanidad.

      Es largo de explicar, pero espero haberte tirado un hilo!

      Abrazos!

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