Lo que sentimos, esta atado y ligado a lo que comemos.
Nuestra vida tomará la forma de la nutrición que llevamos. Somos lo que comemos.
Si nuestra comida es la voluntad del Padre, en ese alimento, esta resuelta nuestra vida de manera integral. Comenzando desde nuestro espíritu, salvando nuestra alma y exteriorizándose en el cuerpo. Nuestra vida será el reflejo de vivir en Su Voluntad. Comer Su voluntad, es comer a Cristo.
Nada en este mundo te dará la vitalidad necesaria para ser funcional en el reino, si no solo la verdadera comida.