“Alcanzar metas” es una frase muy oída en los seres humanos. Todos, de alguna u otra manera, colocan metas. La mayoría de ellos trabajan duro para conquistar sus metas. La pregunta es: ¿Cuál es la meta que tenemos en Cristo Jesús?
La Iglesia del Señor se caracteriza por ser participante de UN SENTIR, UN PROPÓSITO, UNA META.
Los miembros que son parte del cuerpo de Cristo, no estar divididos. Es decir, nadie busca su propio bien, ni corren tras “su propia meta”. ¡No! Sino mas bien, todo lo tienen en común.
Entonces ¿cuál es la meta que nos hace uno? Nuestra meta es expresarlo fielmente a él.
Las metas no se logran sin una carrera de por medio.
Hay muchos factores a tener en cuenta, cuando una persona decide alcanzar la meta. Y aunque parezca una obviedad, llegar a la meta, primero implica haber largado la carrera. Nadie tiene el deseo intenso de llegar a la meta, sino aquel que ha largado la carrera. Toda persona ajena a la carrera opinará sobre como llegar, pero quien larga la carrera, ha sido disciplinado y su mente debe estar enfocada, no solo en la meta, sino en los detalles que el camino presente.
¿Se animan a descubrir juntos como en Su Gracia podemos avanzar? ¡Vamos!
Concentrarnos en el Propósito Eterno de Dios, es lo que nos ayudará a crecer en entendimiento y ser maduros y detallistas en nuestra gestión. (Recordemos que Su propósito eterno consiste en que como cuerpo, lo expresemos a él).
Una nota en un diario español, de hace unos meses atrás, habla sobre un estudio científico que demuestra que la concentración es la “nueva inteligencia”. Lo que significa que la falta de desarrollo en una persona no se debe a la falta de información, sino a la falta de concentración, lo cual conlleva una fuga de detalles que hacen una mala o incompleta gestión.
Esto me atrapó profundamente: “no hay falta de información, sino falta de concentración…”
Por esta razón vivimos días, en donde la fuga de detalles, se volvió una ¡cotidianidad para muchos! Claro, ellos ni cuenta se dan, por eso es una fuga. Algo que pierden sin estar lucidos o enterados.
Vivimos días tan acelerados y el hombre vive tanto para si mismo, que la atención esta bajo amenaza. Los efectos externos, la velocidad de la sociedad, las nuevas formas de vivir, hacen que el hombre viva distraído (sin concentración) y de esta manera el hombre no tenga un aprendizaje correcto, por ende una gestión exacta.
Nosotros como hijos de Dios, si no permanecemos concentrados en Su persona y en Su propósito, daremos como fruto una gestión de “vida híbrida”. Dicha gestión, es una gestión de vida quizás aceptable para el sistema religioso, pero desaprobada para Dios y Su propósito.
Nuestro cuidado debe estar en no solo tener la información correcta, sino en tener una fiel expresión de Su vida en la vida.
Pero la falta de atención y concentración en Su persona, están dando como resultado una generación que sabe mucho de él, pero que no lo expresa en nada. Es decir, son simples recaudadores de información y pésimos en su gestión de vida.
Recuerdo las palabras de Pablo al decir: “ustedes no aprendieron así a Cristo…”
Efesios 4:20-21 RV60 «Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.»
Pablo viene hablando de como viven los gentiles:
- Llenos de vanidad.
- Entendimiento entenebrecido.
- Ajenos de la vida de Dios por causa de la ignorancia.
- Sin sensibilidad (cometen todo tipo de actos impuros).
Esto es lo que sucede con una generación que no aprende a Cristo.
Nosotros no podemos pretender gestionar la vida de Cristo, cuando esta vida no se lleva nuestra atención y concentración.
Sin atención no hay aprendizaje.
No puedo aprender algo a lo cual no me dedico.
Cristo debe ser aprendido, y para esto se necesita estar concentrados en él. Contemplar, meditar en su voz, sus palabras necesitan ser aprendidas.
En este estudio que leía, hablaba sobre dos factores importantes a la hora de concentrarse: ámbito y disciplina.
Si verdaderamente estamos en él, el concentrarse en Su Persona y propósito no debería ser un esfuerzo, pero sí necesitamos saber que la disciplina (vida de discipulado) es lo que nos hará ser perfeccionados en esta vida.
Alguien que no pone atención, vivirá toda su vida bajo amenazas que atentaran contra el desarrollo de su asignación en el propósito de Dios.
La atención es muy importante, porque cuando una persona esta atenta y concentrada, es capaz de llevar a cabo una gestión con detalles, porque ha comprendido exactamente aquello que tiene que hacer.
La “gran demanda” de Dios para esta generación es: ¡gestionar detalles!
Esto implica salir de la “vida chabacana” (bruto, vulgar), y ser precisos en la gestión que Dios demanda.
Dios necesita una generación que actúe con precisión. Si somos enviados a comprar 1kg de pan, no es lo mismo volver con 900gr de pan; bajo la excusa: “por lo menos traje pan…”
Las próximas movilizaciones tienen que ver con un desarrollo preciso de detalles divinos. Los próximos detalles, traerán salvación a miles de hogares.
¿A cuánto estamos de un avivamiento? A “un detalle”.
Nuestra gestión de vida es directamente proporcional a la concentración que hemos tenido. No quiero extenderme mucho en esto, pero deseo cerrar mencionando lo que Saul vivió. Leamos:
1 Samuel 15:22-23 RV60 «Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.»
Conocemos muy bien la historia. Saul debía exterminar a Amalec, y las palabras de Dios fueron muy claras: “Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.”
La orden de Dios había sido clara. Saul hizo según su parecer y no según lo que Dios había hablado. Las palabras hacia Saul fueron puntuales: ¡no obedeciste ni pusiste atención! (Esto lo deja a Saúl fuera del gobierno de Israel).
Nuestros sacrificios pueden ser los mejores. Podemos estar cumpliendo y ejecutando “algo” de lo que Dios nos haya hablado, pero si aquello que ejecutamos no es TODO LO QUE DIOS HABLÓ, nada de lo que hagamos coopera en Su propósito.
Muchas veces vivimos haciendo cosas que “Dios esta hablando”, pero aquello que ejecutamos no es exacto por causa de nuestra falta de atención y concentración a Su voz.
Puedo asegurarte que no hay sacrificio que te salve, porque la única y verdadera adoración, es la gestión exacta de aquello que hemos oido de Dios.
Dios esta demandando atención! Sencillamente porque hay una fuga de detalles. Estamos distraídos con asuntos efímeros y personales, que nos terminan haciendo vivir sin precisión en el cumplimiento de Su propósito.
Dios esta demandado la ejecución de detalles.
Los años que se vienen serán años de gestionar detalles, que por largos años, no se ejecutaron por la distracción de una generación.
Vivimos para él. Él se lleva nuestra atención. En él estamos concentrados. Por esta razón podemos ver y anhelar lo que él anhela. Esta debe ser nuestra vida. Deberíamos vivir absorbidos y sumergidos en un profundo y progresivo entendimiento de Su propósito.
San Juan 5:19-20 RV60 «Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.»
Un hijo de Dios NO PUEDE hacer cosas de su propia cuenta, porque todo lo que hace es por causa de poner atención a lo que su padre hace. Esto es lo que dice Jesús. Y aun cosas mas trascendentales hará el hijo, que darle sanidad a un cojo.
Me atrapa profundamente la palabra “IGUALMENTE”. Porque no se trata de hacer algo parecido de lo que vimos en alguien… sino se trata de hacer las cosas IGUALMENTE como se la vimos nuestro PADRE.
Vivir en Su amor, es vivir en una cotidiana contemplación de lo que el Padre hace. La promesa es que el Padre mostrará aun ¡mayores obras que las de sanar a un cojo!, por esa razón dice: “no se maravillen de alguna otra manifestación…”
Creo que son nuestras palabras hacia el sistema son: “no se maravillen en los próximos días, porque esta generación de hijos, esta de pie para mostrarle al mundo, todo aquello que esta viendo hacer el Padre”.
Dios requiere nuestra atención, porque ¡es tiempo de ejecutar detalles que trasciendan!
Es el tiempo de los detalles que: cambiarán atmósferas, ciudades, familias, etc. quizás estas a un detalle de provocar una reforma en un hogar, ciudad, nación. Solo debemos rendirnos a Su voz y vivir una vida absorbida en Su persona.